Recién llegados, hay mil imágenes europeas en el coco. Pocas ganas de salir al ruedo.
Marcela nos apura en el trance. Trae empanadas de carne para llenar el tanque, y entrar en sintonía . Armó el programa, hasta reservó la mesa.
En la puerta de " La Maldita Milonga " nos anuncian:
-"Mirà que no hay mas sillas?".
Tendria que haber agregado, que tampoco hay lugar de dorapa.
Ya conocemos el boliche, pero con el nombre de Teatro Arlequines , fuimos habitués a fines de los 80 , cuando Los Menphis y La Misisipi, animaban la noche Porteña.
Adentro hace 45 o 50 grados de calor. Está repleto de gente y sudor, con ese burbujear en la atmósfera que tienen los lugares donde pasan cosas .
La orquesta es una aplanadora. Provoca en la gente una gran emoción. Y hay una desproporción de energia y ganchos total. Sin embargo se circula. A nadie le importan demasiado los golpes.
Entre el público reconozco a los Turistas Clásicos de San Telmo. También hay Neo-tangueros, Tangueros, Bohemios de Zona Sur. Veo bailadores en short y ojotas.
Hay muchos rastas y gente fumando en la puerta.
Me levanto con calor de la mañana en Boedo . Junto a Virginia repaso la noche de anoche . Me queda la emoción de la Orquesta el Afronte, que se fabricó el espacio con las armas que tenía . Que toca con calidad y huevos. Que llega con su mensaje a la gente. Y por sobre todas las cosas, que corrobora esto de:
" El Tango nace y muere en Buenos Aires...todos los días ".
Fué sólo una noche...pero ¿¿¿no son las primeras impresiones las que cuentan????
