2/5/08

Yo tambien estuve preso.

Uno que estuvo en cana fué este muchacho ..." El Japo ", . Lo conocen??
Parece que fue allí ,durante sus años a la sombra, desarrolló ese fanatismo por el bronceado caribeño. Sumado su blanca cabellera y su look habitual, de traje blanco y zapatos al tono: La bandera de Japón!!!
Se dice que el "Japo" cayó en Olmos por vagancia y malos abogados, pero salió rehabilitado y recibido de bailarín de Milonga con traspié. No sólo que se rescató del choreo y las malas companías, sino que ahora es un referente entre los muchachos que frecuento.
Otro que conoció la sombra, y salió remixado, es el bandoneonista Rubén Fidalgo . También entró no muy justificadamente , pero salió con valor agregado: Ahora además de músico es un ilusionista. Uno de sus mejores trucos es estar tocando la variación de " Quejas de Bandoneón" , y en el respiro entre la primera y la segunda vuelta, gira el bandoneón, y sigue con el mágico instrumento boca abajo. El público , allá en el Sur , lo adora. No es para menos.
Fidalgo aprendió éstas y otras artes en la Prisión de Ushuaia, donde según se sabe, atajó una puñalada con la mano derecha. En ese episodio salvó el corazón, pero tubo que educar la zurda , debido a que quedó por mucho tiempo mal herido,el pobrecito.
Ahora en libertad forma una dupla tipo Caniggia-Maradona, con Juan Tarantela. Un pianista-bromista, que como su compañero , es un artista de variedades en potencia.
Yo también estuve preso. Me dieron 2 años de trabajos forzosos en el Abasto, por cuestiones que ahora no voy a reconocer...
Lo que si les cuento, es que fueron tiempos duros, perseguido por Charles Copello a sol y a sombra. Conceptos medievales, devoción por Urquiza. Y el feroz tormento de oir SU MONÓLOGO.
Sin embargo conocí allí algunas de las personas más interesantes que se puedan imaginar: Mi amigo Sebastián " La Aguja " Achabuela, Showman carismático, DJ ecléctico, Bailarín de Culto.
Mariano Rombo: el único hombre que quizo ser elegante, con las rodillas en forma de paréntesis.
"Piecito " ,un fenómeno para acomodar la pisada, no en una baldosa, sino en un azulejo del baño...y lógicamente Charles Copello quien me mostró de un modo u otro todos los yeites, que descubrió entre el Chaco y Broodway.
En la cárcel Abasto conocí personas increíbles, me tomé los mejores licuados de mi vida, y C.C. me enseñó entre otras muchas cosas, que la palabra " NOPUEDO" no existe en el diccionario del Guerrero de la Supervivencia. Solía repetirme: "José, estamos condenados al éxito ".
Cuando la cosa no dio para más, les di las buenas tardes...(no es increíble que en la puerta haya una reja????) y agarré por " Anchorena Derecho " ,en Córdoba doblé a la izquierda, y llegué a Malcolm, silbando bajito.
Lo que les quiero decir amigos , es que hasta en el mismísimo Horno de Banchero, hay lugar y tiempo para aprender algo, y sino mírenme a mi que éste sábado bailo por tercera vez en Sunderland.